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Biblioteca y Aula

La lectura en contextos de Aprendizaje Cooperativo.

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Para trabajar en clase Graciela Simari





En los comienzos de la vida de un niño, lo acercamos intuitivamente a la lectura. En el momento de dormir le leemos un cuento, le mostramos imágenes del mismo, nos reímos con las rimas disparatadas, lo escuchamos preguntar y repreguntar sobre los episodios y personajes de la historia leída. Estamos acercándolo a la lectura.
Mucho mejor es cuando vamos juntos a una biblioteca y pedimos un libro de interés para el niño y…uno para nosotros.
Mejor aún es cuando ese mismo niño, observa que nos divertimos con la lectura, que la dejamos para el momento de recreación en vez de mirar la tele o de jugar con la computadora: estamos enseñando a un niño cómo es ser un lector, pero sobre todo, le estamos enseñando que se puede leer acompañado, que la lectura es una práctica que se comparte…y se disfruta.
¿Pero qué ocurre cuando un niño llega a la Escuela sin haber vivenciado el placer por leer? ¿Cómo promoverlo desde nuestro rol de docentes?
Dejarlo como una carencia irrecuperable nos resulta desacertado ya que consideramos a la Escuela como el lugar apropiado para la socialización, entre otras prácticas, de la lectura.
Aplicar la lectura en contextos del Aprendizaje Cooperativo sería una de las respuestas. Desde el momento en que existe una “falta” existe la oportunidad de cubrirla. Hacer de la lectura una instancia de cooperación sería poder cubrir la falta y festejar con un otro el hecho de haberlo logrado.
En esta ponencia queremos evocar nuestra experiencia sobre el Aprendizaje Cooperativo, como método de enseñanza aplicado a la lectura y los resultados que hemos obtenido con ello.

Hoy el mundo es más complejo y nos exige adquirir competencias que nos posibiliten insertarnos en actividades políticas, sociales, culturales y laborales para las cuales la alfabetización tradicional ya no es suficiente.
A pesar del incremento en los años de escolaridad y de la expansión de la cobertura escolar, los índices de analfabetismo y de iletrismo reflejan el aumento de la marginalidad, fragmentación social y exclusión que caracteriza a muchos países como el nuestro.
Aumentaron las desigualdades materiales y simbólicas de la población y la escuela debe aprender a trabajar con la heterogeneidad. Las diferencias entre aquellos niños que provienen de familias en las que hay contacto con libros, en las que leer es un acto valorado y los que pertenecen a hogares en los que la lectura no es importante es que los primeros aprenden a leer más fácilmente. Y esa diferencia radica, según señala Emilia Ferreiro (2001), en una pertenencia a una “cultura letrada”; a esos niños alguien significativo los estimuló para hablar, tuvieron espacio para hacer preguntas, les pidieron explicaciones, les leyeron en voz alta, les contaron cuentos, participaron en situaciones sociales donde leer y escribir tenía sentido, vieron escribir y tuvieron la posibilidad de producir marcas sobre un papel.
La lectura es una construcción social que supone, siguiendo a Jean Hébrard (2000), compartir sentidos. Los alumnos ingresan a la escuela para entender la significación del mundo que los rodea. Por lo tanto la escuela tiene un papel fundamental ya que les permite a los niños descubrir y comprender sentidos compartidos. Si la escuela no crea las condiciones para que los escolares puedan leer y escribir los deja afuera, los expulsa de la sociedad condenándolos a la marginación y al fracaso. Atender a la desigualdad cultural hace necesario mejorar las prácticas de lectura.
Los maestros debemos educar para la diversidad y comprometernos para lograr la inclusión de todos respetando las diferencias. Michèle Petit (2000) dice que en contextos donde no es habitual la lectura, “la mejor manera de contagiar el hábito de leer es multiplicar las oportunidades de mediaciones, de encuentros”. Hay que posibilitar a todos nuestros alumnos la experiencia de leer. Se trata entonces de buscar propuestas y experiencias que posibiliten encontrarse con lo diverso, respetando distintas trayectorias y ritmos diferentes. El aprendizaje cooperativo es una de las estrategias para prevenir la exclusión y resulta eficaz para dar respuesta a los cambios sociales.

Un acercamiento al Concepto de Aprendizaje Cooperativo
El Aprendizaje Cooperativo es una metodología de enseñanza que promueve la conciencia social, el establecimiento de objetivos comunes y el esfuerzo compartido de los alumnos para alcanzarlos. Es funcionar en términos de colaboración para alcanzar el beneficio personal y de los otros integrantes del equipo y para aquellos grupos sociales y comunitarios que deseen emprender una tarea común.
Tiene por finalidad didáctica potencializar el desarrollo del aprendizaje individual enriqueciendo, a la vez, el de los miembros del grupo que se conforme.
Generalmente se aplica a grupos pequeños para favorecer la interacción cara a cara de todos los integrantes.
El Aprendizaje Cooperativo se contrapone a la práctica basada en el individualismo, sin embargo no excluye la individualidad dado que si bien el aprendizaje se logra en interacción con los otros, se fomenta el crecimiento propio y el de los miembros intervinientes de manera simultánea respetándose las capacidades y tiempos de cada uno de los sujetos de aprendizaje.
Una de las ideas más concretas del marco sociocultural del aprendizaje, originalmente formulado por Vigotsky, nos acerca a la concepción de un aprendizaje intersubjetivo que luego se convierte en intrasubjetivo , pero en ese “pasaje” se necesita la guía de un adulto o de otro par más capaz.
El objetivo del Aprendizaje Cooperativo es prospectivo ya que tiende al alcance de las metas propuestas en común por parte de un grupo.
Como señala Vigotsky (2000) en su teoría de Zona de Desarrollo Próximo, "El aprendizaje despierta una serie de procesos evolutivos internos capaces de operar sólo cuando el niño está en interacción con las personas de su entorno y en cooperación con algún semejante. Una vez que se han internalizado estos procesos, se convierten en parte de los logros evolutivos independientes del niño”.
Muchas veces en clase hemos sido testigos de cómo un alumno, ante la duda de un compañero, realiza excepcionalmente una “transposición didáctica” traduciendo el lenguaje del maestro al lenguaje del alumno y esforzándose para que ese “otro” lo entienda.
Vigotsky sostiene que para que se logre el desarrollo de la persona se tiene que dar primero el aprendizaje, es decir que no se trata de capacidades biológicas intelectuales previas como condición indeclinable para que el desarrollo se logre, sino todo lo contrario: acrecentar las capacidades de interacción para que ese aprendizaje intersubjetivo (o interpsíquico) pueda anclarse en el desarrollo individual de cada alumno a manera intrasubjetiva (o intrapsíquica).
Se trata de un sujeto no solamente activo, sino más bien interactivo, que puede lograr un desarrollo de “afuera hacia adentro”, del entorno al interior. Es por eso que el Aprendizaje Cooperativo tiene su basamento principal en un aprendizaje “social” y no individual.
Ideas centrales del Aprendizaje Cooperativo:
La formación de grupos.
La Interdependencia Positiva
La responsabilidad individual.
Formación de grupos.
Johnson y Johnson (1999) sostienen que los grupos tienen que ser heterogéneos y que pueden organizarse de tres maneras diferentes:
Como grupo formal de Aprendizaje Cooperativo
Como grupo informal de Aprendizaje Cooperativo
Como grupo de Base Cooperativa.
El grupo formal de Aprendizaje Cooperativo puede funcionar desde una hora semanal hasta varias semanas de clase. Su marco de tiempo y espacio es más constante.
Habrá de tenerse en cuenta la participación de todos los integrantes del equipo y asegurarse que en tiempo previamente convenido se entregue el trabajo requerido por el docente.
El grupo informal de Aprendizaje Cooperativo tiene una duración menor en tiempo con respecto al grupo formal, ya que lleva unos pocos minutos de trabajo grupal. Tiene la apariencia de una técnica participativa, pero la propuesta de este tipo de agrupamiento es primordialmente para sintetizar, exponer, explicar, aplicar la nueva información a la ideas inclusoras ya aseguradas previamente.
Este tipo de agrupación se puede utilizar para dar cierre a una clase, durante el momento de enseñanza, para ,“antes” de la presentación de determinado tema, dar la posibilidad de un acercamiento al concepto teniendo en cuenta los aprendizajes previos.
El grupo de Base Cooperativa tiene un funcionamiento más estable y perdurable, ya que su duración es más prolongada, en algunos casos durante todo el ciclo lectivo, pero para ello debe tenerse en cuenta que los miembros de los grupos son permanentes, por lo que es importante-previo a la conformación definitiva grupal- asegurarse con técnicas diversas que esos grupos pueden operar interactivamente para el logro del beneficio común asegurando el rendimiento efectivo y afectivo.

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