Biblioteca escolar y plan de lectura
José García Guerrero.Coordinador del Plan Experimental para el Desarrollo de las Bibliotecas Escolares.Málaga |
...El cuento o la vida: hoy más que nunca la escuela está bajo.. el signo fatal de Sherezade.
(Luis Landero, 2001)
Desde la biblioteca escolar se pueden articular y apoyar diferentes programas de actuación para todo el centro.
Entre ellos, podemos abordar dos de especial relevancia para el desarrollo de las prácticas lectoras del alumnado:
- el programa relacionado con la alfabetización en información,
- el programa relacionado con la implementación del plan lector/escritor del centro (entendiendo que éste ha de afrontar, por un lado, actuaciones de formación literaria y, por tanto, de enseñanza literaria, y, por otro, actuaciones de comprensión de textos para el desarrollo de las competencias lecto-escritoras en todas las áreas y etapas de la enseñanza obligatoria).
Según T. Colomer y A. Camps (1996) “la lectura en cualquiera de sus funciones tiene en la biblioteca uno de sus espacios más naturales para educar en la lectura y en el dominio autónomo de los caminos de acceso a la información y a su selección, reto educativo absolutamente imprescindible en una sociedad como la actual en la que el crecimiento de la información de la que se dispone no deja de aumentar de forma espectacular, a la vez que se multiplican las formas de acceder a ella”
La biblioteca escolar ofrece múltiples posibilidades para coordinar acciones encaminadas al fomento lector y a la generación de ambientes lectores en los centros. Sin embargo, este planteamiento nos puede llevar a reconsiderar la biblioteca que tenemos para que, en un proceso de reflexión conceptual, actitudinal y metodológica respecto a las posibilidades de uso de los recursos bibliotecarios para la mejora de la acción docente, iniciemos en nuestro centro, y en corresponsabilidad con otras instancias administrativas, el reto de transformar nuestras actuales bibliotecas escolares en centros de recursos para la enseñanza y el aprendizaje.
También es necesario abordar una transformación de nuestra relación con la escuela, en el sentido de romper la dependencia mental y simbólica del orden administrativo (CONTRERAS, 2005) y hacer de la autonomía del profesorado un hecho y compromiso reales; en palabras de Ana Mañeru, citada por Contreras, “no son los programas institucionales los que cambian la escuela, sino el deseo y el trabajo de quienes están en ella y buscan, cada día, cómo dar respuesta a la realidad que tienen delante”. Esta realidad hace necesaria la provisión al profesorado de contenidos de trabajo que le ayude a percibir la biblioteca como un recurso básico de su acción y llevar a cabo nuevas formas de trabajo en el campo de la lectura.
En cada contexto y en cada situación el centro educativo ha de plantearse hasta dónde llegar en el uso de la biblioteca escolar, marcando objetivos a corto y medio plazo, pero sin perder las posibilidades cada vez más amplias que tiene contar con la biblioteca en todo el proceso de enseñanza y aprendizaje. Las estrategias de trabajo para que el profesorado conozca, valore e incorpore a su práctica la utilización de los recursos intelectuales disponibles en el centro, tienen mucho que ver con los contenidos que pueden dar sentido a esa práctica. Hemos de visualizar qué hacer en la biblioteca, hemos de saber cómo hacerlo y todo esto requiere de una programación que tiene en cuenta los recursos bibliotecarios y los recursos humanos de la organización escolar. Entre las acciones susceptibles de articulación y apoyo por parte de la biblioteca escolar está la relacionada con el plan de lectura del centro.
Este plan lector del centro, coordinado e implementado por el profesorado de las diferentes áreas y apoyado por la biblioteca escolar procurará la creación de ambientes y momentos propicios (oportunidades lectoras y escritoras) a lo largo del curso para que la práctica de la lectura esté presente en las vidas de los escolares, afrontando una doble actuación interconectada: comprensión lectora y formación del lector literario. La generación de oportunidades lectoras en el centro supone intervenir en los tiempos y programas que se planifican. Estas oportunidades serán frecuentes y mejores si se disponen y utilizan lugares adecuados donde encontrar materiales (la biblioteca escolar, las propias aulas), de una programación (plan lector general de lectura, de promoción lectora), que se implementa disponiendo de tiempos lectivos y no lectivos, garantizando al alumnado un clima lector óptimo, y de profesorado responsable (docente responsable de la biblioteca del centro, equipo de apoyo, etc.). Todos estos elementos han de integrarse en un programa sistemático de actuaciones a lo largo de cada curso e incorporarse normalmente al Proyecto de Centro y al Plan Anual.
En este sentido, la biblioteca contribuirá a la formación del lector, pues éste podrá:
-->Encontrar variedad de géneros y soportes; más que en los recursos librarios ubicados en las aulas o en las producciones literarias seleccionadas en los propios manuales escolares de lengua y literatura, ofreciendo diversidad de obras literarias y documentos para investigar, posibilitar la creación, etc., (corpus equilibrado clásicos/contemporáneos y adaptado a los niveles, edades del alumnado y circunstancias multiculturales).
-->Recibir asesoramiento bibliográfico, atendiendo a su biografía lectora mediante la atención del profesor/a responsable de la biblioteca o miembros de su equipo de apoyo. En la propia biblioteca se puede registrar la evolución del lector (control de consulta automatizada de préstamos, registro de fichas personales de lecturas, etc.).
-->Tener oportunidades de compartir lecturas de textos literarios de producción propia o ajenos en momentos específicos (clubes de lectores/escritores), ya que en ella hay instrumentos para crear/difundir escritos, creaciones (procesadores de textos, reprografía, sección web de biblioteca...)
-->Disponer de momentos para asistir a presentaciones de libros, revistas, encuentros con autores o ilustradores, lecturas conjuntas, etc.
-->Recibir orientación para dirigirlo, según su perfil lector e intereses, a otras bibliotecas, a otros centros de documentación, a otros lugares y actividades (exposiciones, conciertos, teatro, cine,...).
-->Utilizar el servicio de préstamo y de consulta en sala en horario no lectivo.
La biblioteca escolar es un recurso vivo que ha de conectar el centro con la realidad política, social, cultural, económica...; ha de convertirse en un recurso particularmente atento a la formación del lector actuando de nexo con la tradición literaria, con la creación contemporánea, y propiciando necesariamente el acercamiento de la belleza y el valor de la palabra a los lectores. Por eso, hoy más que nunca la escuela está bajo el signo fatal de Sherezade.
Para terminar, una propuesta. En esta sociedad red, en este mundo informacional, inmersos en un proceso de revolución cultural imparable, una cultura del consumo que progresivamente está exterminando a la cultura ilustrada libresca dentro del expansivo capitalismo de ficción (VERDÚ, 2005), el profesorado ha de configurar nuevas formas de relaciones y de trabajo profesional. Estando el potencial de los procesos de cambio en la formación del profesorado, pienso que la profesionalización en el ámbito de las bibliotecas escolares ha de constituir una prioridad, y una oportunidad, para una implementación innovadora de las bibliotecas escolares en los centros de enseñanza obligatoria. En este sentido, trabajar en función de los contextos, apoyarnos en los demás buscando redes de colaboración, producir y compartir conocimientos, ayudará a dar más sentido al trabajo y más profesionalización al profesorado. Por ello, propongo la creación de redes profesionales en el ámbito de las bibliotecas escolares para ayudar a su incorporación a las prácticas, entendiendo por redes los vínculos estables de comunicación e intercambio de ideas e informaciones que se establecen entre profesores, profesoras y grupos de trabajo, con el fin de favorecer mayor fluidez en la difusión de experiencias y conocimientos, así como la actualización y construcción de nuevos saberes educativos. Se trata de poner en contacto a profesorado y centros a través de una plataforma digital de teleformación, pero manteniendo reuniones presenciales periódicas de trabajo.
Por tanto, nos podemos plantear los siguientes objetivos:
-->promover el intercambio de experiencias y conocimiento entre responsables de bibliotecas escolares de distintas fases de desarrollo y contextos,
-->fomentar proyectos bibliotecarios de calidad,
-->generar grupos de trabajo por zonas que se configurarán en función de la participación y detección de necesidades realizada por los Centros de Profesores y Recursos en coordinación con los técnicos responsables del apoyo a las bibliotecas escolares,
-->propiciar la participación en la actividad de profesorado y grupos que trabajan aspectos diferentes y que se encuentran en fases distintas, de cara a diversificar y enriquecer las experiencias educativas y la propia formación.
El trabajo en red hace que el profesorado asuma la mayor parte de su formación, atendiendo a dos pilares fundamentales: los recursos humanos (el conjunto de profesorado que pone su ilusión, su afán de aprender, su interés por avanzar en la enseñanza y sus ganas de poner en práctica nuevas ideas y nuevos desafíos) y los recursos técnicos (plataformas de teleformación de los Centros de Recursos y Profesores).
Entonces podríamos empezar a generar zonas educativas de cooperación bibliotecaria en las que, además de los centros educativos, tendrían cabida las bibliotecas públicas, haciendo realidad el deseo siempre expresado, y pocas veces realizado, de colaboración eficaz entre ambos tipos de bibliotecas con un fin común: la consolidación de una comunidad de lectores activos y competentes.
Bibliografía
COLOMER, T. y CAMPS. Enseñar a leer, enseñar a comprender. Barcelona, Celeste, 1993
CONTRERAS, José. “La autonomía del profesor. En primera persona: liberar el deseo de educar. En GAIRÍN, Joaquín (Coord). La descentralización educativa. ¿Una solución o un problema?”. Madrid, Cisspraxis, S.A, 2005, p. 329-273
LANDERO, Luis. Entre líneas: el cuento o la vida. Barcelona: Tusquets, 2001.
VERDÚ, Vicente. Yo y tú, objetos de lujo. El personismo: la primera revolución cultural del siglo XXI. Barcelona, Random House Mondadori, S.A., Debate, 2005.
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